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ESPECIALIDADES EN LOS PERROS DE TRABAJO: LA DETECCIÓN CANINA (III)

El trabajo con el animal debe ser estructurado para lo que utilizaremos una rutina de partida programada como protocolo condicionante para nuestro perro que le dé la pista de dónde empieza el trabajo. Todo esto debe darse desde la asociación del olor utilizando el “punto a punto” con el que empezaremos a practicar la comprensión de nuestro can con el ejercicio y el tipo de indicación. Más tarde aparecerán complicaciones espaciales en la búsqueda como “puntos a puntos” en zigzag y paredes en las que trataremos de enseñar a nuestro can la posibilidad de que el olor se encuentre a diferentes alturas. Si nuestro trabajo de detección va dirigido a perros funcionales, luego de esto, organizaremos prácticas en interiores de edificios, exteriores de vehículos, interiores de vehículos e incluso en personas. Todo este enriquecimiento se contempla para darle nuevas posibilidades y recursos a nuestro perro que le ayuden a solventar situaciones reales.

Ver: https://www.youtube.com/watch?v=gsqiaaV7dxs

Las principales dificultades con las que se puede encontrar un guía en el entrenamiento del perro detector son las relacionadas con el lenguaje canino, muy sutil para el ojo inexperto, en el que deberemos comprender que significa cada gesticulación que nuestro animal expresa: cola, ojos y orejas principalmente, pero también ladridos o gruñidos entre otros. La habilidad del adiestrador en el manejo de la convergencia (o timing), la latencia, la contingencia y el temperamento para capturar las conductas deseadas es crucial para un trabajo en el binomio detector.

Hay que resaltar que el trabajo del perro detector tiene infinidad de variantes, a modo de ejemplo:


  • Drogas

  • Explosivos

  • Armas

  • Rescate (grandes áreas, estructuras colapsadas, ...)

  • Alertas médicas ( https://www.youtube.com/watch?v=DzxiV7acNxs )

  • BCL (moneda y timbre)

  • DAF (detectores de acelerantes del fuego)

  • LOPO (personas ocultas)

  • Fitologia

  • Restos biológicos

  • Cebos envenenados

Por último, me gustaría nombrar la odorología forense como una técnica criminalística que permite gestionar las huellas olorosas del lugar de la comisión de un delito y recogerlas, para almacenarlas y peritarlas, y evidenciar la presencia de una determinada persona en el escenario del crimen. Este peritaje de comparación entre la huella olorosa del crimen y del odorotipo extraído de la/s persona/s sospechosa/s se sustenta en la particularidad del odorotipo humano (único en cada individuo) y la capacidad del perro en discriminar esta huella olorosa.

Ver: https://www.youtube.com/watch?v=vmbWMBWjoNE

Como siempre, me inunda un sentimiento de asombro y agradecimiento ante estos seres vivos que nos brindan su apoyo para dar respuesta a muchas dificultades que, sin ellos, a día de hoy sería muy difícil o imposible de resolver y me impulsa a seguir aprendiendo de ellos y mejorar como persona.

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