Últimamente se
habla mucho del refuerzo positivo y hay varias confusiones que quiero
aclarar:
El refuerzo
positivo se da cuando ofrecemos un PREMIO o una GRATIFICACIÓN para
favorecer que el perro repita una conducta que nos agrada. Por
ejemplo: una salchicha, una pelota o una caricia.
Por tanto, cuando
hablamos de que algo es un refuerzo para el animal es algo que le
gusta al animal y cuando hablamos de positivo es algo que añadimos
que hace que al animal le guste. Por eso, cuando hablamos de
positivismo extremo nos referimos a que sólo añadimos algo a la
hora de trabajar con perros.
El refuerzo positivo
se contrapone con el castigo positivo, como al refuerzo negativo y al
castigo negativo.
Hemos de tener claro
los siguientes tipos de refuerzos y castigos:
-
Refuerzo positivo
-
Refuerzo negativo
-
Castigo positivo
-
Castigo negativo
Cada uno de estos
conceptos se maneja de forma diferente y resulta un método diferente
de trabajar con los perros. Nunca existe un tipo de técnica que se
utilice aisladamente para trabajar con los perros sino que se utiliza una conjugación de todas estas técnicas.
Otra cosa es, por
convicciones propias, el negarse a trabajar con métodos aversivos…
Aunque hemos de ser conscientes que el mundo en si también castiga y
ofrece momentos o situaciones desagradables que tanto los perros cómo
los humanos intentamos evitar. Es decir, es imposible que un
individuo, haya aprendido lo que haya aprendido únicamente por
refuerzos positivos. Pensad que un refuerzo positivo es entregar un
premio al perro igual que un castigo positivo puede ser un tirón de
correa…
Positivismo es
añadir cosas bien sea refuerzo o castigo. Así los métodos más
interesantes, humanamente hablando, serian el refuerzo positivo y el
castigo negativo. Os pongo un ejemplo: cuando un niño no hace los
deberes y se pone a ver la TV, le quitamos la TV hasta que haga los
deberes.
Cuando hablamos
de castigos hay que tener en cuenta que el castigo deteriora
el vínculo con nuestro animal, dificulta su aprendizaje, aumente sus
niveles de estrés y ansiedad y, sobretodo, no se debe aplicar sin
formación.
El castigo negativo
se da cuando retiramos un estímulo agradable como consecuencia de
una conducta inadecuada o no deseada para el propietario.
Otro concepto como
el refuerzo negativo se parecería al avisador del coche cuando no
nos ponemos el cinturón. Ahí lo que está pasando es que a
nosotros nos molesta mucho ese pitido y por el hecho de que nos
molesta nos terminamos poniendo el cinturón.
El refuerzo
negativo se da cuando retiramos un estímulo molesto o desagradable
cuando el perro lleva a cabo que consideramos adecuada. Es decir, me
pongo el cinturón para acabar con ese pitido.
Resumiendo, todos
los animales aprenderán conductas nuevas por refuerzos o castigos
positivos y negativos sabiendo que todos los refuerzos tenderán a
ser repetidos por el animal y todo acto castigado tenderá a derivar
en otra conducta que tal vez puedan ser más problemáticas si no
sabemos controlarlas bien.
Aclaramos que el
refuerzo positivo y el castigo negativo avalan conductas y por el
contrario el refuerzo negativo y el castigo positivo desvían
conductas. Como consideración propia creo que los particulares no
deberían usar estas últimas.
También hay que
tener en cuenta, para quitarle un poco de encanto al “positivismo”,
que el perro persigue el premio para aliviarse del hambre que siente.
Hay que tener presente que el positivismo puro no existe ya que el
perro coge la comida para aliviar una incomodidad que se quiere
quitar.
Entender bien los
conceptos de psicología del aprendizaje y aplicarlos de forma ética
es la gran diferencia. Debemos intentar no etiquetar el tipo de
trabajo que realizamos con el perro porque al final se suelen aplicar
todos los métodos por igual sólo que hay entidades que tienen la
convicción de evitar la utilización de aversivos por ética propia.
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