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JERARQUÍAS EN LOS PERROS:

En este nuevo post de ADIESTRAMIENTO vamos a tratar un concepto muy importante para relacionarnos adecuadamente con nuestros perretes. Hemos de entender que la naturaleza ha dotado a todos los perros, sean la raza que sean, de una serie de conductas que le son propias. Es decir, todos los perros descienden del lobo (comparten el 99.8% de su ADN) y el periodo evolutivo hasta llegar a nuestros días es relativamente pequeño. Si entendemos esto, debemos ser conscientes que hay una serie de conductas y pautas de comportamiento naturales e innatas que permanecen aún inmutables en nuestros perretes y que tanto los PROFESIONALES como los propietarios hemos de saber interpretar y aprovechar para educarlos y/o adiestrarlos.

El perro dispone de un LENGUAJE CANINO, Y UNAS CAPACIDADES COGNITIVAS, para comunicar su estado de ánimo, deseos, intenciones y necesidades conjugando movimientos de las distintas partes de su cuerpo y ladridos, gemidos o gruñidos. Como ya disponen de esa capacidad innata de comunicarse, pueden llegar a entenderse con nosotros, está claro, de un modo muy simple evolutivamente hablando. Por ello hay que saber aprovechar esta gran capacidad que tienen para interpretar gestos y formas de actuar para comunicarnos. El perro es un animal que ha nacido para vivir y desenvolverse entre individuos de su misma especie así que para que aprenda a convivir sin problemas con los humanos hemos de darle una EDUCACIÓN consecuente que tenga en cuenta sus formas de conducta originarias. Así que para conseguir este objetivo hay que ejercer autoridad tal y como nuestros perretes la entienden (autoridad, no maltrato).


Profundizando un poco más hemos de saber que el perro cuando vive en grupo establece sus relaciones y se comunica con el resto de miembros de una forma u otra en función de su status dentro de la manada. El individuo alfa hace efectivos sus derechos y OBLIGACIONES, entre las que se encuentra ejercer la autoridad para administrar el grupo por el bien común. Del mismo modo, el resto de individuos se liberan de esta responsabilidad y acatan. En definitiva se comunican de manera según el sitio que ocupan y con que individuo se relacionan.

La mente del perro no entiende que en una manada no hay jerarquía, es más, la necesita para saber cómo debe comunicarse con el resto de miembros del grupo por lo que si no la imponemos consciente o inconscientemente nosotros, nuestro perrete se sentirá en el deber de asumir este papel y actuar en consecuencia. Cuando decimos consciente o inconscientemente me refiero a que, en algunos casos, la jerarquía la establecen los dueños sabiendo y queriendo, y en otros, en cambio, tienen la “suerte” de tener perros sumisos o de un carácter bajo que, aún sin saber o querer, se establece una jerarquía correcta de forma casual.

Estudios realizados desprenden que los factores que intervienen en que un perro sea más “dominante” de un grupo por orden de importancia son: el tamaño, familiaridad con la zona, edad, sexo y nivel de testosterona en sangre. Podemos sacar varias conclusiones de estos puntos: Los machos en la gran mayoría de los casos serán los “dominantes” por el dimorfismo sexual entre hembras y machos. Una hembra puede mandar en el grupo si conoce mejor el territorio o se trata de un individuo de mayor edad. Si trasladamos estos puntos a la familia todos los factores juegan en contra de los NIÑOS, por lo que habrá que poner especial atención.

En los casos en los que los dueños no imponemos una jerarquía, el perro se convierte en autodidacta y pone en práctica los comportamientos que le son característicos a su especie: evitando, defendiéndose o reprendiendo todo aquello que le asuste o moleste y repitiendo todo aquel comportamiento que le reporte algún beneficio. De tal forma que si no pones remedio será el animal, al no sentirse guiado, el que se “autoproclame” jefe y determine las reglas según le marquen sus instintos. Por ello el perrete que llega a una nueva familia espera de nosotros que le ayudemos a orientarse. Él intentará averiguar cómo es y cómo funciona el nuevo mundo en el que se encuentra ahora, quién ostenta el mando y qué papel juega él mismo en nuestra estructura social aún desconocida porque él ya sabe que llega a un grupo ya formado y organizado y se aplicará a fondo en encontrar su lugar y esperará de sus nuevos dueños que le asignen un papel concreto o lo decidirá él mismo.

Si partimos de la idea que nuestro perrete piensa, actúa y siente como nosotros y que actúa “equivocadamente” hemos de tener claro que es desde nuestro punto de vista y que se trata de un error ya que lo que estamos haciendo es “humanizar” a nuestro perro y lo que sucede realmente es que no nos damos cuenta que nuestro perro parte del mismo supuesto pero a la inversa: Él cree que nosotros pensamos y nos guiamos según las pautas de los perros (y es que NO PUEDE pensar de otra manera que no sea como un perro). Así que si queremos comunicarnos eficazmente con nuestros perretes hay que hacer un esfuerzo por aprender a pensar y comunicarnos con ellos de la manera que ellos lo hacen entre individuos de su misma especie para poder conseguir así, la auténtica identificación canina.

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