En este nuevo post
dentro de TRUCOS Y CONSEJOS vamos a comentar una serie de
consideraciones que debemos tener en cuenta en las relaciones de los
perros con los niños que son importantes. Aunque estas cosillas son
obvias también a veces las pasamos por alto por comodidad o
inconsciencia. Mi trabajo es haceros ver todo esto para que así
podáis obtener la auténtica identificación canina. Dicho esto os
he de decir que pasaré de puntillas para no ganarme demasiados
“odiadores”.
Todos los perros
, a menos que sean de naturaleza muy nerviosa, quieren a los niños.
Los perros que han tenido una buena experiencia con ellos
(SOCIALIZACIÓN) quieren saludarlos impetuosamente a todos. Sin
embargo, no todos están acostumbrados a los perros y muchos los
temen porque los perretes suelen saltar sobre ellos. Por esto
siempre ha de haber un adulto supervisando estas relaciones para
armonizarlo todo con responsabilidad.
También puede
ocurrir lo contrario, es decir, que nuestro perrete no esté
habituado a relacionarse con niños y los interprete como una amenaza
porque corren hacia él y tratan de atraparlo… Esto sucede
sobretodo con animales de talla pequeña, los cuales presentan menor
tolerancia al dolor, y es que es lógico: si un tipo normal se choca
con un grandullón es previsible que se haga daño, en contra, el
encontronazo para el grandullón no habrá sido nada. Dicho esto,
repito lo anteriormente mencionado, ha de haber un adulto
supervisando estas relaciones para armonizarlo todo con
responsabilidad. Y es que es necesario detener amistosamente y
explicar a nuestros peques que no asusten al perrete. Los niños
aprenden rápidamente y a menudo son más razonables que los adultos
así que ¡final feliz!
Los niños que
desde pequeños han tenido animales aprenden lo que significa cumplir
con su deber y ser responsables ya que a determinadas horas deben
responder a la alimentación o el paseo de su compañero y si se les
estimula correctamente desarrollarán una intuición natural que hará
que traten a sus animales con compresión y respeto.
Sin embargo en la
educación de nuestros perros no deben intervenir los niños pequeños
porque les falta paciencia y constancia. Somos nosotros
quienes deberemos moderar y arbitrar estas relaciones. Así
que aconsejo que enseñes a tu perrete a que debe obedecer a tus
hijos y que, dentro de la jerarquía familiar, ocupa el último
lugar. Vigila cuando el peque acaricie al perro con demasiado ardor o
le haga daño. ¡No dejes que los peques atormenten a nuestro
perrete!
Los niños mayores
deben poder quitarme un juguete de la boca sin que lo advierta ni
trate de atraparlos: otro motivo más para practicar la orden
“SUELTA” como hablábamos en el post de VACACIONES CON PERROS.
Otra consideración a tener en cuenta es a la hora del PASEO, un niño
no debería sacar a pasear al perro si no estás convencido de que
puede dominarlo ya que incluso los perros de talla pequeña pueden
tirar con mucha fuerza. Si el niño no puede detener al perro y éste
se mete en la carretera puede ser un problema.
Si el niño puede
llevar bien al perro podrá pasearlo pero debemos advertirle que
deben tener consideración con el perro y que no traten de llevarlo
constantemente de un lado a otro. Hay que explicar a los niños que
hacen daño al perro cuando le levantan de los “brazos” porque
las patas delanteras de nuestros perretes no tienen articulación del
húmero y sólo están suspendidas de tendones así que para levantar
a un perro, aunque creo que lo mejor sería no levantarlo, una mano
debe sostener el pecho y la otra los cuartos traseros.
Como normas más
importantes, a modo de resumen, os diré que los niños deben
respetar el gruñido del perro, perros y niños deben tratarse con
respeto mutuo y no descuides a tu perro mientras haya niños.
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