RAZAS: EL SHITZU

 

El Shitzu es en la actualidad una de las razas en mayor expansión gracias a su adecuado tamaño, su buen carácter y su porte altivo.


Es muy probable que el origen de esta raza se deba al cruce del Ihasa apso, perro tibetano, perro chino y pequinés. Tras invadir el Tibet, el ejercito Chino llevó como regalo al emperador los mejores ejemplares de Ihasa. El cruce del Ihasa con pequinés es quizás el inicio del shitzu.


También se cree que que los monjes tibetanos criaban los “perros leones” para que les hicieran compañía en sus grandes templos. Gracias a su fino oído avisaban de cualquier incursión.


El carácter del Shitzu es inteligente, activo y siempre alerta. Creo que es el más extrovertido de los perros asiáticos, y en general son amistosos e independientes. Tranquilos, dulces y alegres. Necesitan mucho afecto para estar equilibrado y se presenta más bien indiferente a los desconocidos.


Su pelo es largo, espeso y liso. Con una buena capa de subpelo. De todos los colores o mezclas, y como curiosidad os diré que los shitzu de varios colores suelen tener un mechón blanco en la frente y en la punta de la cola. Su altura está entre los 27 y 23 cm, su peso entre 4 y 8 kg.

EL PERRO SÉNIOR:

 El tiempo pasa para todos, y en el perro sénior se produce una disminución de la masa muscular y aumenta la proporción de la grasa corporal, la piel pierde elasticidad y aparecen zonas con falta de pelo y canas. Algunos sentidos pierden algo de su capacidad: opacidades en los ojos o pérdida de agudeza visual, pérdida de audición porque se endurecen los huesecillos de las orejas, pérdida de vigorosidad, etc.


También podemos observar que el perro mayor es más sensible al calor o al frío ya que el control de su temperatura corporal es menos eficiente. También presenta una disminución general de las defensas por lo que pueden aparecen más infecciones. Su corazón envejece y pierde eficiencia por lo que se cansa más con menos.


Los cambios del comportamiento van desde que el animal se desoriente, interactúe menos con la familia, dificultad para reconocer sitios o personas conocidas y cambios en las rutinas del sueño.


El envejecimiento junto a nuestros amigos es inevitable y hermoso. Con los cuidados y atenciones adecuados podremos conseguir que los años de nuestro amigo anciano sean felices y que disfrute de una buena calidad de vida.


La dieta no puede revertir el proceso natural del envejecimiento, pero una nutrición de buena calidad, adaptada a esta edad, puede contribuir a mejorar la calidad de vida del perro. El control de la cantidad de proteínas, de fósforo y sodio, junto con una reducción del volumen de calorías, tiene un efecto muy positivo en la prevención de patologías que aparecen con la edad.

VIVIR EN SOCIEDAD:

Nuestras ciudades funcionan gracias al comportamiento cívico de los ciudadanos. Que la ciudad sea un clima agradable para vivir depende de cada uno de los integrantes: ruidos, limpieza, normativa… Aunque algunas veces se nos olvida, formamos parte de una especie de estructura superior en la que estamos dentro de ella.


Nuestros perretes son otro pequeño grano de arena dentro de esta montaña. Ellos también interaccionan todos los días con los vecinos por lo que el propietario debe actuar como integrador. El ser humano que en un momento de su vida decide incorporar un perro en su hogar no suele plantearse este razonamiento.


El propietario es el responsable de la educación del perrete, de su alimentación, de su comportamiento, de sus excrementos y de sus acciones. La excusa típica que siempre se pone (“el perro no hace nada”) no sirve: los demás no tienen porqué saber el tipo de animal que se les acerca ni las intenciones que pueda tener.


Cuando salimos a pasear con nuestros perros, podemos encontrarnos desde la persona responsable que piensa en los demás y que es consciente que existe gente que puede sentirse molesta ante la presencia de un perro, hasta aquel que lleva suelto a su perro con riesgo para el animal y para los demás ciudadanos. Es evidente que los buenos propietarios son la mayoría, pero también es verdad que a los malos propietarios se les ve demasiado.


Tal vez debería existir un carné para poder ser propietario ya que ningún ser humano debería responsabilizarse de un animal sin tener unos conocimientos básicos. Seguramente esto esté muy lejos aún en España, pero desde BuffCan os animamos a que contactéis con algún club cercano a vuestra localidad en el que os sintáis cómodos y desarrolléis habilidades de educación canina, socialización y manejo de la correa.


Nosotros podemos adorar a los perros pero ello no nos exime de cumplir las normas de civismo de nuestras ciudades. Nuestra responsabilidad como amante de los animales es demostrar que estos actos son una excepción y que lo normal es que el perro actúe cívicamente.

ESPECIALIDADES EN LOS PERROS DE TRABAJO: LA DETECCIÓN CANINA (III)

El trabajo con el animal debe ser estructurado para lo que utilizaremos una rutina de partida programada como protocolo condicionante para nuestro perro que le dé la pista de dónde empieza el trabajo. Todo esto debe darse desde la asociación del olor utilizando el “punto a punto” con el que empezaremos a practicar la comprensión de nuestro can con el ejercicio y el tipo de indicación. Más tarde aparecerán complicaciones espaciales en la búsqueda como “puntos a puntos” en zigzag y paredes en las que trataremos de enseñar a nuestro can la posibilidad de que el olor se encuentre a diferentes alturas. Si nuestro trabajo de detección va dirigido a perros funcionales, luego de esto, organizaremos prácticas en interiores de edificios, exteriores de vehículos, interiores de vehículos e incluso en personas. Todo este enriquecimiento se contempla para darle nuevas posibilidades y recursos a nuestro perro que le ayuden a solventar situaciones reales.

Ver: https://www.youtube.com/watch?v=gsqiaaV7dxs

Las principales dificultades con las que se puede encontrar un guía en el entrenamiento del perro detector son las relacionadas con el lenguaje canino, muy sutil para el ojo inexperto, en el que deberemos comprender que significa cada gesticulación que nuestro animal expresa: cola, ojos y orejas principalmente, pero también ladridos o gruñidos entre otros. La habilidad del adiestrador en el manejo de la convergencia (o timing), la latencia, la contingencia y el temperamento para capturar las conductas deseadas es crucial para un trabajo en el binomio detector.

Hay que resaltar que el trabajo del perro detector tiene infinidad de variantes, a modo de ejemplo:


  • Drogas

  • Explosivos

  • Armas

  • Rescate (grandes áreas, estructuras colapsadas, ...)

  • Alertas médicas ( https://www.youtube.com/watch?v=DzxiV7acNxs )

  • BCL (moneda y timbre)

  • DAF (detectores de acelerantes del fuego)

  • LOPO (personas ocultas)

  • Fitologia

  • Restos biológicos

  • Cebos envenenados

Por último, me gustaría nombrar la odorología forense como una técnica criminalística que permite gestionar las huellas olorosas del lugar de la comisión de un delito y recogerlas, para almacenarlas y peritarlas, y evidenciar la presencia de una determinada persona en el escenario del crimen. Este peritaje de comparación entre la huella olorosa del crimen y del odorotipo extraído de la/s persona/s sospechosa/s se sustenta en la particularidad del odorotipo humano (único en cada individuo) y la capacidad del perro en discriminar esta huella olorosa.

Ver: https://www.youtube.com/watch?v=vmbWMBWjoNE

Como siempre, me inunda un sentimiento de asombro y agradecimiento ante estos seres vivos que nos brindan su apoyo para dar respuesta a muchas dificultades que, sin ellos, a día de hoy sería muy difícil o imposible de resolver y me impulsa a seguir aprendiendo de ellos y mejorar como persona.

ESPECIALIDADES EN LOS PERROS DE TRABAJO: LA DETECCIÓN CANINA (II)

 Otro aspecto a tener en cuenta antes de trabajar son las consideraciones de seguridad dónde el guía ha de verificar cada ambiente que el perro va a investigar para asegurarse de que no hay nada dentro de ese ambiente que pueda herir al perro.

Dentro del entrenamiento hemos de saber que la cantidad de tiempo que un perro necesita para progresar es variable en cada ejercicio y diferente en cada perro. Por lo que la contestación que cada perro tiene al entrenamiento puede variar cada día dependiendo del perro, del guía o las condiciones medioambientales. Aún así, hay pasos que nos debemos asegurar:

  • Asociación de olor: se trata de condicionar al perro para que comprenda que un olor específico es lo que le lleva al premio. Para ello podemos usar asociaciones indirectas como el método clásico o bien asociaciones directas como la colonización.

  • Premios primarios: Hay que premiar al animal por el acto de encontrar y el guía debe continuar reforzando este concepto de premio aunque lo iremos diluyendo a una simple alabanza como estímulo puente para seguir trabajando hasta cerrar el ejercicio.

  • Indicación: Hay varios métodos usados por un perro para indicar el hallazgo. Los más comunes son el arañar, ladrar o sentarse/tumbarse. En el ladrido hay que tener en cuenta que puede causar agotamiento en el perro y, por lo tanto, menos capacidad de olfatear. El método pasivo, como sentarse o tumbarse, es el idóneo si hablamos de marcajes de sustancias explosivas.

  • Aumento de presiones / distracciones: La etapa final del entrenamiento en un perro detector es la ejecución de la detección en distintos ambientes y situaciones que causen conflicto en el animal, y siempre al nivel que el guía considere que el perro puede superar, como ruidos o gentío e incluso otros animales.

Ver: https://www.youtube.com/watch?v=te73GSt37vQ

Para lograr un aprovechamiento eficaz del olfato del perro en las labores de detección, el guía debe de tener en cuenta varias consideraciones como que la práctica continuada es el único método para mejorar y que, la naturaleza propia de cada animal, pide con frecuencia modificaciones en su adiestramiento.

El perro posee un sentido del olfato muy desarrollado, por ello forma parte de los animales con olfato a los que se les conoce como animales macrosmáticos. La nariz del perro está constantemente asediada por el medio que les rodea y aún así, es capaz de detectar un olor determinado en un lugar inundado de varios olores, es decir, es capaz de discriminar olores.

Esta aptitud de discriminación olfativa, constituye una de las características predominantes de su evolución, es esta la aptitud que un buen guía debe adiestrar si pretende utilizar al perro como rastreador de olores. Además, debe conocer la estructura y funciones del plano nasal de su perro, como el órgano vomeronasal (directamente relacionado con el sentido del olfato) o las células Globet, que humedece el aire que entra en la cavidad nasal y atrapa las sustancias.

También un buen guía debe ser consciente de aspectos como la dirección del aire, la volatilidad o la olorosidad a la que se enfrenta su can en las diferentes situaciones y, en la medida de lo posible debe actuar como facilitador del trabajo de su perro para que puede lograr una captura y recompensa que lo aleje de la frustración de un trabajo inconcluso.