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EL SEGUNDO PERRO:


Es hermoso tener varios perretes pero antes de decidirte a traer a casa un segundo perrete considera los siguientes inconvenientes:

Hemos de tener en cuenta, además, la compatibilidad (los caracteres) de cada perrete aunque sean de la misma raza y no subestimar la destreza y la mayor fuerza necesaria para llevar dos perretes.

Si aún así sigues decidido en buscar un camarada canino para tu perrete busca un animal con un temperamento que se adecue al de tu perro. Para ello puede ser una buena idea hablarlo con el criador y llevar a tu perrete o contactar con un ADIESTRADOR PROFESIONAL. ¡Con dos perros tendrás más alegría que con uno solo pero sin duda mucho más trabajo!


Has de tener en cuenta que cuando llegue tu segundo perro en tu casa ya vive un perro. Así que durante el aprendizaje de este segundo perrete tu primer perro le servirá de modelo (para bien y para mal) y una advertencia muy importante que considero que debes tener en cuenta es el uso de las JERARQUÍAS. El cachorro debe entender que el perro mayor siempre es el primero en la fila ya que si prefieres al cachorrete trastornarás completamente el equilibrio de la balanza en las comunicaciones caninas y pronto se originarán encontronazos. Respeta la organización natural del “mundo canino” aunque evidentemente hay excepciones: si nuestro primer perro quiere apoderarse de la comida o casos de abuso.

Se pueden producir problemas cuando se junta a un perro viejo que necesita serenidad con un perro revoltoso ya que el pequeño torbellino nos mareará bastante. Por lo general ambos perros se adaptan rápidamente el uno a otro si el dueño asume su responsabilidad y cubre todas las necesidades del grupo.

La madurez sexual es otro punto a tener en cuenta ya que el cachorrete deja de tener este “comodín” y el otro perro ya no le tolerará tantas tonterías por lo que las luchas juguetonas pueden volverse más serias. El dueño debe ser consciente de este juego de jerarquías y aceptar incondicionalmente un cambio y conservarlo de un modo estricto. Puede ocurrir que un perro grande y sensible respete toda su vida las impertinencias de un perrete pequeño pero en caso contrario se producirán conflictos y el más fuerte se verá obligado a defender su posición.

Las riñas en el juego no tienen porqué ser nada grave. Los cachorros se pueden permitir muchas cosas con los perros grandes y los perretes adultos lo enseñaran a comunicarse correctamente (saludar, someterse, …). No fuerces las relaciones en casa y mantén espacios diferenciados (camas, comederos,…) y procura que la vida de tu primer perrete se altere lo menos posible por la presencia del nuevo peludo. Conserva las horas de comidas, juegos y paseos para que nuestro perrete no se frustre ni se enfoque con el segundo perro.

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