VIVIR EN SOCIEDAD:

Nuestras ciudades funcionan gracias al comportamiento cívico de los ciudadanos. Que la ciudad sea un clima agradable para vivir depende de cada uno de los integrantes: ruidos, limpieza, normativa… Aunque algunas veces se nos olvida, formamos parte de una especie de estructura superior en la que estamos dentro de ella.


Nuestros perretes son otro pequeño grano de arena dentro de esta montaña. Ellos también interaccionan todos los días con los vecinos por lo que el propietario debe actuar como integrador. El ser humano que en un momento de su vida decide incorporar un perro en su hogar no suele plantearse este razonamiento.


El propietario es el responsable de la educación del perrete, de su alimentación, de su comportamiento, de sus excrementos y de sus acciones. La excusa típica que siempre se pone (“el perro no hace nada”) no sirve: los demás no tienen porqué saber el tipo de animal que se les acerca ni las intenciones que pueda tener.


Cuando salimos a pasear con nuestros perros, podemos encontrarnos desde la persona responsable que piensa en los demás y que es consciente que existe gente que puede sentirse molesta ante la presencia de un perro, hasta aquel que lleva suelto a su perro con riesgo para el animal y para los demás ciudadanos. Es evidente que los buenos propietarios son la mayoría, pero también es verdad que a los malos propietarios se les ve demasiado.


Tal vez debería existir un carné para poder ser propietario ya que ningún ser humano debería responsabilizarse de un animal sin tener unos conocimientos básicos. Seguramente esto esté muy lejos aún en España, pero desde BuffCan os animamos a que contactéis con algún club cercano a vuestra localidad en el que os sintáis cómodos y desarrolléis habilidades de educación canina, socialización y manejo de la correa.


Nosotros podemos adorar a los perros pero ello no nos exime de cumplir las normas de civismo de nuestras ciudades. Nuestra responsabilidad como amante de los animales es demostrar que estos actos son una excepción y que lo normal es que el perro actúe cívicamente.