Todos los perros
pueden tener sus “miedos” (igual que las personas), pero en
ocasiones llegan a ser graves: si son incontrolables se considera
que ha traspasado la barrera y los podemos calificar de auténticas
fobias y requieren que actuemos para solucionarlos o al menos
disminuirlos en lo posible.
Dependiendo del
alcance del miedo o la fobia, el proceso puede durar bastante tiempo,
pero si lo hacemos sin prisa y de forma gradual, sin someter al
perrete a presiones innecesarias, conseguiremos un resultado
completamente fiable y duradero. Para ello, necesitaremos el soporte
de un PROFESIONAL, pero aún así, intentaré explicar de forma
resumida las fases más importantes de la terapia.
Lo primero a
trabajar es la desensibilización al estímulo, esto es una
exposición controlada del animal a aquello que le da miedo. Se
introduce suavemente el elemento que perturba (por ejemplo petardos,
acustofobia) de tal forma que el perro prácticamente ni lo note,
para que así, muy poco a poco, ir introduciendolo en el ambiente.
Ésta es la filosofía de la desensibilización, siempre evitando el
ESTRÉS ya que no podemos olvidar que el estrés es acumulativo y
tiene efecto residual. Como hemos mencionado antes, dependiendo del alcance del miedo o la
fobia, el proceso puede durar bastante tiempo, pero si lo hacemos sin
prisa, de forma gradual y sin someter al perro a presiones
innecesarias, conseguiremos un resultado completamente fiable y
duradero en el tiempo. Repito, sin prisa porque hay muchos
dueños que apremian a los profesionales a un mínimo de sesiones que
hace inviable la terapia.
El siguiente paso es
la habituación, este concepto se suele emplear de forma
errónea para definir la desensibilización. La habituación no es
otra cosa que un aprendizaje básico sobre los elementos o
circunstancias que no dan miedo, ni al contrario. Es el caso, por
ejemplo, de un perrete que se habitúa a collar y correa cuando es
pequeño, que al principio le molestan pero después lo asocia con
salir a la calle y ni el collar o la correa producen en el animal
ninguna reacción.
En toda la terapia
es importantísimo controlar los niveles de estrés, ya que la
inundación es peligrosa. Hay quien usa esta técnica pero la
inundación puede llevarnos a desbordar emocionalmente a nuestros
perros (mucho estrés) y romperlos psicológicamente. La teoría de
la inundación nos dice que nos llevemos a Las Fallas a nuestro perro
para obligarlo a solucionar su problema. Seguramente después ya no
tendremos problemas de acustofobia porque tendremos a un perro
absolutamente desquiciado que ya no solo le da pavor los petardos,
sino el más mínimo ruido o quién sabe a qué cosas más… Hemos
de tener presente que los perros no pueden parar sus fobias, que no
tienen la capacidad de decidir que esta sufriendo algo que ha pasado
a ser insoportable.
Los miedos y las
fobias se curan, pero es imprescindible acudir a un PROFESIONAL que
será quién prepare el plan de trabajo de la desensibilización
sistemática.
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