Siguiendo el hilo de todo lo que hemos ido hablando en el apartado de ADIESTRAMIENTO en los artículos de la SOCIALIZACIÓN CANINA y el último artículo sobre las PELEAS quiero daros una pista más con este nuevo artículo para conseguir que relacionéis adecuadamente a vuestros perretes ya que es un aspecto fundamental en la identificación canina que necesitais para dar a vuestros peludos una buena calidad de vida.
Como todos sabemos
los perros empiezan a jugar llenos de energía… ¡“culo arriba”,
mordisquitos en la oreja y a correr! De pronto se paran para mirarse
y de nuevo al lío. Todo bien hasta que los gruñidos suben de tono y
a uno de ellos se le eriza el lomo. En ese preciso momento tenemos
que hacer un desvío de atención, por ejemplo sacamos una pelota y
llamarlos a todos para ir a jugar con ella. Tenemos que saber parar a
tiempo a los perros para que a los pocos segundos la energía vuelva
a ser la adecuada y así los perros puedan seguir su juego como si
nada.
Los perros se hacen
muy amigos cuando aprenden a jugar juntos. Igual que a los niños,
les encanta jugar pero hay veces que el juego genera excesiva
excitación (como los niños que juegan al pilla-pilla y acaban
peleándose porque uno le ha hecho la zancadilla al otro). Es tu
responsabilidad cómo dueño de tu animal el aprender las señales
que emiten para poder intervenir y propiciar buenas amistades.
Velar por su seguridad y enseñarles a disfrutar de buenas sesiones
de juego ya que es importantisimo para ellos.
El juego les
permite:
- Medir sus fuerzas
y habilidades.
- Reforzar y mejorar
las relaciones sociales.
- Testar sus
habilidades y capacidad de reacción.
- Forjar nuevas
amistades
Pero… ¿Cómo
aprender a parar el juego? y sobretodo… ¿Cómo distinguirlo de un
inicio de pelea?
Lo primero, es
aprender a observar y saber cómo juega tu perro: intensidad, sonidos
y gestos. Si sabes cómo juega te será más fácil identificar las
diferentes situaciones y ayudarle a buscar compañeros de juego de su
mismo estilo.
Señales:
- Culos arriba (buen
rollo): invitación al juego.
- Ladrar y lanzarse
al otro (es la forma de muchos perros de iniciar el juego): con la
cara relajada, sin enseñar los dientes y sin tensar el cuerpo. Para
diferenciarlo simplemente tendrás que fijarte en la reacción del
otro perro: si se mantiene calmado, da un respingo alegre o mantiene
el culo arriba.
- Dar con la pata:
invitación al juego.
- Barriguita: la
panza arriba es muy habitual en cachorros, aunque algunos adultos
también lo usan, y es una forma genial de transmitir bueno rollo.
No son señales:
- Mostrar los
dientes de frente al otro perro.
- Montar al otro
perro con la cola tiesa y el cuerpo inmóvil.
- Gruñir y erizar
el lomo.
- Embestir y tumbar
al otro perro boca arriba manteniéndolo inmóvil en el suelo.
Señales que en el
juego están permitidas pero que tenemos que saber cuándo parar:
- Mordisquear pero
sin hacerse daño (normalmente el otro perro chillará): pararan para
coger aire y puede que sigan jugando como si nada y habrá sido un
buen momento para aprender la intensidad de la mordida y a seguir. Si
el otro no quiere seguir olisqueará el suelo y se girará o
simplemente mirará hacia otro lado. Normalmente se suelen morder en
el cuello, las orejas y las patas incluso el morro. Es normal. Las
fauces van en lateral y nunca de frente.
¡ATENCIÓN! Si se
eleva demasiado la energía del juego, es decir, los gruñidos y los
cuerpos se tensan y erizan, es el momento que los dueños llamen la
atención de los perros para distraerlos pero nunca dando un grito de
enfado o golpeándolos o separándolos para atarlos porque eso hará
que crezca la rivalidad que se ha iniciado. Lo ideal es distraerlos
con comida u otra actividad.
- Ladrar, gruñir
ligeramente y hacer ruido (hay perros más tranquilos y otros más
brutos que no paran de hacer sonidos fuertes): No pasa nada. Aunque
es importante encontrar amigos de juego con estilos similares porque
pueden abrumar al otro animal o hacerle daño.
- Perseguir con
parada y cambios de sentido: la persecución suele ser el juego más
divertido pero para que no se confunda debe incluir PARADAS, CAMBIOS
DE SENTIDO Y NO LLEGAR A ALCANZARSE. Si uno simplemente persigue al
otro y no le da tregua es el momento de parar el juego.
- Cambio de roles:
en el juego a veces toca ser perseguido y en otras perseguidor. El
que solo quiere ser perseguidor/perseguido suele cansar al resto y no
es nada divertido. Unas veces toca perseguir y morder y otras recibir
y ser el primero en tumbarse. Cuando tus perros jueguen presta
atención para poder intervenir y fomentar la armonía en caso
necesario.
En definitiva, para
saber cuándo y cómo parar un juego debes estar atento a las señales
que emiten los perros y al nivel de excitación. Si lo que era un
juego se convierte en una actividad incontrolada llama la atención
de tu perro. Puedes hacerlo distrayéndolo con un juego más calmado
o haciéndole que venga para darle un premio y pedirle que se siente
o se tumbe (aquí es donde interviene la obediencia básica), bajando
así, su nivel de energía. También puedes pedirle que venga hacia
ti dirigiéndote en otra dirección para que te siga y se calme un
momento. Una vez estén calmados puedes dejarlos que jueguen de
nuevo. Si interrumpes un juego con forma de castigo crearás una mala
asociación hacia el otro perro y puede que la siguiente vez que se
vean quieran pelearse en vez de jugar.
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