En el post de esta
semana trataremos, dentro del apartado de SALUD, las enfermedades
hepáticas ya que son unas de las dolencias más frecuentes en
nuestros perretes y estar informados en estos casos es importante.
El hígado es un
órgano que desempeña un papel fundamental en numerosos procesos
metabólicos relacionados con los hidratos de carbono, las grasa y
las proteínas. Por tanto, cualquier alteración que se produzca en
él quedará reflejada en una deficiencia o en una incapacidad para
desarrollar dichas funciones con normalidad. Sin embargo, el hígado
tiene una gran capacidad de reserva, por lo que la aparición de
signos relativamente específicos de enfermedad hepática se van a
presentar en etapas avanzadas de progresión de la enfermedad. Los
síntomas que va a presentar un perro cuyo hígado está enfermo van
a ser muy variados y van a afectar principalmente al aparato
digestivo, al sistema nervioso y al riñón.
Los síntomas
gastrointestinales se traducen en vómitos por presencia de úlceras
gastroduodenales, diarreas por la coexistencia de enfermedad
inflamatoria intestinal, heces acólicas por obstrucción de los
conductos biliares y melena por úlceras y alteraciones de la
coagulación. Si el sistema nervioso se ve afectado, podremos
observar cambios de comportamiento, debilidad, anorexia, letargia,
desorientación, irritabilidad, agresividad y convulsiones.
Cuando se presente
afección renal, veremos que el perro bebe más agua y que orina mas.
Nos podemos encontrar ademas que orina mucho en pequeñas cantidades
o que incluso la micción es dolorosa por la presencia de la
bilirrubina en la orina. Puede mostrar palidez en las mucosas por la
anemia provocada por la pérdida de sangre debido a los fallos de
coagulación o a hemorragias digestivas.
Los análisis de
sangre resultan sumamente útiles para el diagnóstico de estas
enfermedades para poder evaluar las transaminasas y poder saber si el
hígado está funcionando de forma adecuada. Por medio de los
síntomas y de los análisis realizados, podremos llegar en muchas
ocasiones a diagnosticar una enfermedad hepática, pero será muy
difícil ponerle nombre. Y es por esto que cada vez se realiza con
más frecuencia la biopsia del órgano.
En la mayoría de
los casos no se conoce la causa de la hepatitis. Los virus pueden ser
la causa igual que pasa en otras especies. Normalmente esta afección
sanará “sola” o deberemos de empezar con el uso de corticoides
para evitar que avance hacia una fibrosis o cirrosis.
Desde BuffCan
queremos ayudaros a mantener la mejor calidad de vida de nuestrosperretes y conseguir estar informado de las enfermedades más
habituales es una forma de prevenir e intervenir con celeridad en
estos casos.
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