MENÚ:

LAS ESPIGAS:


Con la llegada del buen tiempo, en el campo o incluso en los parques de las ciudades crecen las espigas. Normalmente tienen una forma típica de arpón, lo que permite que queden fuertemente enganchadas al pelo de los perretes. Cuando se secan, es muy fácil que se introduzcan en la nariz, ojos, que se claven en la piel ¡o incluso en las encías si a vuestros perretes les gusta masticarlas como a los míos!

Las espigas alojadas en los espacios interdigitales ( en las mollas) es muy frecuente. Por ello deberemos observar bien a nuestros perretes antes de que la espiga se clave profundamente. Si el perrete comienza a cabecear bruscamente mientras estamos en la calle o al poco de subir a casa, casi con toda seguridad tendrá una espiga alojada dentro del oído (VER OTITIS DE OÍDO EXTERNO).

Otro sitio donde las espigas pueden dar problemas es en la nariz. Si nuestro perrete se ha clavado una ahí comenzará a estornudar, arrugar la nariz, frotarse el hocico con las patas, etc. Puede que lo que hay provocado esta irritación haya sido expulsado con los estornudos, pero si la espiga no sale los síntomas irán empeorando y con el tiempo podremos observar pus saliendo de la nariz de nuestro animal.

EL CELO:

La perra pasa por diferentes fases de actividad y descanso hormonal que se repiten cíclicamente y es lo que conforma el ciclo estral. El celo es la repetición de las condiciones sexuales que permiten que los perros se reproduzcan.

El primer celo en una perrita se da entre los 6 y los 10 meses de edad, y a partir de ahí experimentará un nuevo ciclo ovárico de forma regular (aunque puede variar dependiendo de la raza y el ejemplar). Lo más importante es que el ciclo sea regular. Entre los 2 y los 6 años las hembras son relativamente constantes tanto en la duración de su ciclo como en el intervalo entre ellos. A partir de los 7 años, pasada la edad reproductiva óptima, pueden aparecer modificaciones.

El celo consta de 4 fases: proestro, estro, metaestro y anestro.

LA ORDEN SIENTA:


La orden sienta es la posición de sentado en el perro y hoy os quiero compartir mi método de aprendizaje en esta posición para vuestro perrete. El objetivo es que el perro permanezca sentado tranquilamente hasta que le des la orden de liberación, por ejemplo fin.

Enseñar a un perrete que se siente es un buen comienzo para futuros adiestramientos ya qu ayuda mucho a sentar las bases y estructurar la mente de nuestro perro. En numerosas ocasiones necesitarás que tu perrete se siente a la orden y permanezca sentado hasta que le ordenes otra cosa. Puedes, por ejemplo, dar la orden “sienta” cuando estés en una cola esperando turno o cuando te encuentres con un amig@ con el que quieres hablar durante un rato. También puedes practicar antes de salir de paseo o en una puerta o cuando el perro haya salido del coche antes de ponerle la correa. ¡O antes de ponerle la comida si quieres que se calme!

Por todo ello encuentro que el sentado es una de las órdenes más importantes ya que jugando con destreza enseñaremos a nuestro perro civismo y autocontrol además de ayudarle a desarrollar la paciencia y tolerancia a la frustración. ¡Qué interesante,¿no?!

EL TRÉBOL DE LA SUERTE


Es muy fácil decirle a un dueño que “cree una buena relación con su perro” pero es algo complicado si careces de experiencia. Cada perro es distinto y por supuesto también cada dueño, por tanto debemos encontrar nuestro propio camino para llegar a una buena relación mutua.

Para crear nuestro esquema mental deberemos pensar en un trébol de la suerte, el de las cuatro hojas. Las cuatro hojas son cuatro caminos o vías distintas para ofrecerle a nuestro perro una buena experiencia que parta de nosotros. Intentaré describir cómo proporcionar interacción social, cómo alimentar a nuestro perrete, cómo utilizar sus instintos para desarrollar juegos de caza o de tirar y aflojar (descrito en el VÍNCULO y el VÍNCULO II). Estos cuatro caminos ofrecen la actividad necesaria que obtendría el perro de modo natural y por lo tanto dan resultado porque nuestro perrete los entiende.

Estas cuatro actividades también son importantes porque REFUERZAN al perro cuando está aprendiendo las órdenes, que serán la base de nuestro lenguaje durante la obediencia básica. Creo que puede ser interesante repasar estos conceptos para tener una idea clara de lo que buscamos:

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN E HIPERAPEGO:


Nuestros perretes están muy vinculados a nosotros, de modo que no es un sorpresa que puedan experimentar cierta ansiedad cuando se quedan solos. Algunas conductas caninas asociadas al hecho de dejarlos solos pueden ser ladridos, excavaciones, masticación (rotura de objetos) y ensuciamientos (pipís y cacas). Aunque no todos los perros se comportan así si que son las más frecuentes. La ansiedad por separación puede acabar en conductas que son destructivas con objetos de casa, peligroso para el propio perrete o, cuando menos, molestas para nosotros, por lo que se debería tomar en serio.

El comienzo de los problemas suelen coincidir con un cambio brusco en el horario del dueño que deja solo a su perrete durante tiempos más prolongados o a horas diferentes. Normalmente la “actividad destructiva” se concentra en las pertenencias personales del dueño o de las cosas que él toca como los zapatos o calcetines que suelen tener mucho olor a l@s dueñ@s. Por esto solemos pensar que nuestro perrete se está “vengando” de nosotros. También pueden ser puertas por las que el dueño sale o cosas así.