ANSIEDAD POR SEPARACIÓN E HIPERAPEGO:


Nuestros perretes están muy vinculados a nosotros, de modo que no es un sorpresa que puedan experimentar cierta ansiedad cuando se quedan solos. Algunas conductas caninas asociadas al hecho de dejarlos solos pueden ser ladridos, excavaciones, masticación (rotura de objetos) y ensuciamientos (pipís y cacas). Aunque no todos los perros se comportan así si que son las más frecuentes. La ansiedad por separación puede acabar en conductas que son destructivas con objetos de casa, peligroso para el propio perrete o, cuando menos, molestas para nosotros, por lo que se debería tomar en serio.

El comienzo de los problemas suelen coincidir con un cambio brusco en el horario del dueño que deja solo a su perrete durante tiempos más prolongados o a horas diferentes. Normalmente la “actividad destructiva” se concentra en las pertenencias personales del dueño o de las cosas que él toca como los zapatos o calcetines que suelen tener mucho olor a l@s dueñ@s. Por esto solemos pensar que nuestro perrete se está “vengando” de nosotros. También pueden ser puertas por las que el dueño sale o cosas así.


La mayor parte de la conducta destructiva empieza transcurridos desde unos cuantos minutos hasta una hora después de la partida de los dueños ya que este es el momento en el que el perrete experimenta la ansiedad por separación y el nivel de excitación es máximo. Todo esto puede venir provocado por un hiperapego que ha lesionado el autoestima del animal lo que hace que el perrete no se vea capaz de soportar estos momentos de soledad. Por ello es importante inculcar la independencia del perrete y no permitir que el animal obtenga nuestra atención por su exigencia.

Cuando un dueño tiene una relación muy íntima con el perro y prevé un cambio importante en el horario o en la cantidad de tiempo que pasa con él deberá implementar un plan para ir haciendo el cambio lo más gradual posible (véase post vuelta a la rutina). Esto contribuirá a evitar la ansiedad que el perrete experimentará a causa del estrés de la nueva situación. Por otro lado, se puede acostumbrar al perro que nuestra partida le trae algo bueno como puede ser la comida o un buen juguete. También un buen paseo previo aliviará a nuestro animal y lo invitará a descansar.

Acostumbrar al perro a las señales típicas que hacemos cuando nos vamos, sin que necesariamente nos tengamos que ir, es también una buena técnica. Por ejemplo, si solemos coger las llaves de casa o arreglarnos en el baño o ponernos la chaqueta o correr por el pasillo porque se nos olvidó no se qué son conductas que, aunque nosotros las realicemos inconscientemente, son habituales en nosotros y advierten a nuestro perro que se va a quedar solo. Si a todo eso le sumamos nuestros nervios y nuestras propias ansiedades, lograremos transmitir un cóctel a nuestro animal de nervios, prisas y ansiedad que se sumaran a su ESTRÉS.

Controlar las causas iniciadoras de la ansiedad, además de controlar el hiperapego, incluye:
  • Cambio en la rutina de los dueños
  • Vuelta al colegio o al trabajo
  • Traslado a un nuevo domicilio
  • Atención de las necesidades básicas insuficientes, bien sea por un bebé o el segundo perrete (por ejemplo)

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