Un perro sano
emocionalmente, es decir, equilibrado es UN BUEN PERRO que disfruta
de la vida que le brindamos y su compañía nos hace enormemente
felices sin problemas de malas actitudes. Este es el perrete que
todos tenemos idealizado al cual queremos mimar y demandar que cubra
todas nuestras expectativas. Pero, como todas las idealizaciones hay
que bajarlas al mundo real y ver la práctica. Y ya hemos hablado
largo y tendido que humanizar a nuestro perro o mimarlo sin sentido o
sin ponerle límites o mal-educarlo es destrozar su mente. ¡Como
decía aquel viejo anuncio la potencia sin control no sirve de nada!
Y es que si solo nos
centramos en satisfacer nuestras propias necesidades, esas
actuaciones idealizadas que teníamos con nuestros perretes,
estaremos actuando muy egoístamente y sin sentido porque para
empezar estamos hablando de dos especies distintas las cuales se
relacionan con el mundo a su manera. Si ni siquiera nos molestamos en
entender EL LENGUAJE CANINO y la forma que tienen los perros de ver
este mundo ¿Cómo pretendemos hacer para que nos entiendan? Por
ello, como ser vivo, y diferente a nosotros debemos hacer un
ejercicio de reflexión y acondicionamiento para respetar esa vida de
forma adecuada.
Dicho esto, es
cierto que cada vez las personas estamos más informadas y preparadas
pero, aun así no somos expertas en todo e igual que el trabajo de un
mecánico no es apretar un tornillo sino saber que tornillo se ha de
apretar (simplificando mucho, ya me entendéis) mucha gente habla de
CÓMO SOCIALIZAR A MI PERRO creyendo que es cuestión de juntarlo con
mil perretes y no es nada más lejos de la realidad. Ya hemos
hablado muchas veces lo importante que es socializar y sociabilizar a
nuestros perretes a edades tempranas para prepararlos en la
convivencia de nuestro entorno artificial. Aun así,
se siguen cometiendo muchos fallos los cuales, más tarde, se ven
reflejados en perros con problemas o dueños insatisfechos.
Estoy cansado de
escuchar situaciones en las que la gente se justifica diciendo “es
que me ha salido malo” o, mejor todavía “es bueno pero...”. Si
hemos adquirido un animal desde su más tierna “infancia” con dos
o tres meses y no nos hemos molestado ni siquiera en saber CÓMO PRESENTAR A DOS PERROS cómo pretendemos que después, cuando nuestro
animal crezca y además, sin referente ninguno, lo haga bien y no nos
dé problemas. Realmente es jugar a la ruleta rusa y sentenciar a
nuestro perro a una condena de “me ha salido malo” o “es bueno
pero...” y jamás habernos preocupado por si nosotros hemos sido
capaces de hacerlo mínimamente bien porque, como también he
escuchado mil veces “yo he tenido perro toda la vida”. Dado
todo esto tal vez cabría preguntarnos si los hemos sabido
tener o simplemente nos hemos sufrido mutuamente (el animal y
nosotros).
Tod@s
aquellos que perseguimos entendernos con nuestros perretes y,
conseguir así, la auténtica identificación canina no desistimos y
sabemos que no hay nada gratis. Que hay que trabajar para adquirir
las habilidades necesarias para comunicarnos efectivamente con
nuestros perros, buscar la formación óptima y desarrollar el
vínculo con nuestro perrete.
¡Esta es la verdadera fórmula del
éxito y no es cuestión de que “me haya salido malo” o “es
bueno pero”!
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