REACTIVIDAD DEBIDA A LA CORREA:

¿Sabes usar la correa? ¿Alguien te ha enseñado? ¿La correa sirve para que que tu perrete no se escape? Uno de los principales motivos desencadenantes de conductas agresivas y quizás el más fácil de prevenir es el uso incorrecto de la correa cuando PASEAMOS a nuestro perrete.

Con este tipo de problemas ocurre que normalmente nuestro perrete está atado con la CORREA y es cuando recurre a conductas agresivas e intimidatorias en relación a otros perros de la calle. Nuestro perrete suele gruñir, ladrar, saltar y tirar como medida intimidatoria hacia el otro perrete. Sin embargo suele pasar que si soltamos a este mismo perro, éste deja de presentar conductas agresivas y se muestra mucho más comunicativo con el otro perrete. Entonces ambos perretes se relajan y la interacción entre ellos es tranquila y sin conflictos (siempre y cuando no haya déficit de SOCIALIZACIÓN).

Cuando un perro presenta este tipo de conductas aversivas hacia otro perrete se les cataloga como perros reactivos. Reactivo no significa dominante ni nada por el estilo ya que el sentido de dominancia o macho A está obsoleto. Esto que estamos hablando es otra cosa, si cada vez que nuestro perrete se encuentra con otro perro percibe malestar físico como tirones o tensión, que le levanten del suelo de forma involuntaria (sobretodo en razas pequeñas) y a todo esto le sumamos el malestar y la preocupación del propietario porque no sabe cómo gestionar esta situación es lo que lleva al animal a desarrollar conductas AGRESIVAS inducidas por el miedo y la inseguridad de ambos, perro y dueño.

EL PERRO SANO EMOCIONALMENTE:

Un perro sano emocionalmente, es decir, equilibrado es UN BUEN PERRO que disfruta de la vida que le brindamos y su compañía nos hace enormemente felices sin problemas de malas actitudes. Este es el perrete que todos tenemos idealizado al cual queremos mimar y demandar que cubra todas nuestras expectativas. Pero, como todas las idealizaciones hay que bajarlas al mundo real y ver la práctica. Y ya hemos hablado largo y tendido que humanizar a nuestro perro o mimarlo sin sentido o sin ponerle límites o mal-educarlo es destrozar su mente. ¡Como decía aquel viejo anuncio la potencia sin control no sirve de nada!

Y es que si solo nos centramos en satisfacer nuestras propias necesidades, esas actuaciones idealizadas que teníamos con nuestros perretes, estaremos actuando muy egoístamente y sin sentido porque para empezar estamos hablando de dos especies distintas las cuales se relacionan con el mundo a su manera. Si ni siquiera nos molestamos en entender EL LENGUAJE CANINO y la forma que tienen los perros de ver este mundo ¿Cómo pretendemos hacer para que nos entiendan? Por ello, como ser vivo, y diferente a nosotros debemos hacer un ejercicio de reflexión y acondicionamiento para respetar esa vida de forma adecuada.

EL DUEÑO PERFECTO

El dueñ@ perfecto es aquel que tiene como objetivo CRIAR A UN BUEN PERRO de verdad, es decir, cubriendo las necesidades reales que nuestros perretes tienen. Esto, aunque parezca obvio y lo más evidente del mundo, no es tan fácil como parece ya que lo primero que necesitamos es una dosis de humildad para preguntarnos qué necesitamos aprender para llevar a cabo este propósito. Luego debemos hacer un ejercicio de abstracción para darnos cuenta si realmente lo estamos haciendo bien y alejarnos de nuestros propios egos y sentimientos. Además deberíamos desvincularnos unos instantes de nuestro perrete para poder ver realmente. Deshumanizar a nuestros animales requiere mucho esfuerzo y rigor constante, una exigencia ardua, ya que nuestra tendencia natural es precisamente amarlos como a personas ¡o más!

Pero precisamente porque los amamos evitaremos caer en ese error tan devastador para la estabilidad emocional de nuestros perros y buscaremos prevenirnos de los ERRORES EN LA EDUCACIÓN CANINA que, muchas veces y sin darnos cuenta, arruinan la “perronalidad” de nuestros animales. Ya lo hemos tratado en otros posts así que simplemente refrescaremos que nuestros perretes, aunque no nos los pidan, demandan límites claros que nosotros les debemos exponer con cariño y firmeza para que puedan desarrollar una vida llena de afecto y plenitud. Gracias al verdadero amor que sentimos por nuestro perrete haremos el esfuerzo de no ser tan egoístas como para no procurar entender esto. Nuestros perros son geniales y con la ayuda de sus propietarios, cabales y responsables de la verdadera realidad, nos darán lo mejor de sí mismos.