Después de la época
invernal, y del post FORMAS DE ALIMENTAR A NUESTRO PERRO, resulta imprescindible observar cómo se comportan las
pulgas y las garrapatas, parásitos externos de nuestro perro, que
hacen su aparición cuando el calor empieza a aparecer y cuyo
desarrollo depende en gran medida de las condiciones ambientales.
Podemos decir que las infestaciones por pulgas de los perros y del
ambiente en que viven son procesos frecuentes. Es sumamente
importante saber que las pulgas son responsables de la producción y
transmisión de varias enfermedades en el ser humano y sus mascotas.
La pulga que
ocasiona más problemas es Ctenocephalides felis, la pulga común en
el gato. El 92% de las pulgas encontradas en el perro son de la
especie felis. La pulga pasa por cuatro estadios en su desarrollo. Es
frecuente que nos preguntemos la razón de que, a pesar de utilizar
pipetas y collares en nuestros perros, algunos estén, por desgracia,
parasitados. La verdad es que no es lo mismo prevenir que curar.
Quiero decir que no es lo mismo instaurar un tratamiento para evitar
que las pulgas parasiten a nuestro perro, que acabar con ellas cuando
se han instalado en él y en el hogar. No es lo mismo evitar que las
pulgas se suban a nuestro perro que hacerlas, por así decirlo,
bajar.