El embarazo psicológico en las perras se inicia aproximadamente en un mes y medio o dos meses después del celo de la perra, sin que necesariamente haya existido una monta. Las perras creen que están preñadas debido a la acción de las hormonas que fabrican sus ovarios.
El primer síntoma en aparecer en un embarazo psicológico es la subida de leche ya que los niveles de progesterona y estradiol aumentan hasta llegar al mismo punto que tendrían en caso de gestación.
En general los síntomas desaparecen en 10 días y las perras vuelven a la normalidad sin grandes consecuencias físicas. Una minoría de los casos presentan problemas, bien por alteración del comportamiento o por producción excesiva de leche.
Uno de los cambios más llamativos en el comportamiento de las perras es que adoptan actitudes como si ya tuvieran cachorros. Llegan a adoptar muñecos o trapos y los cuidan como si fueran sus hijos. Se muestran más cansadas y alteradas, deambulan por casa sin rumbo fijo o tratan de esconderse.
Como recomendaciones os diré que hay que evitar que las perras con pseudoembarazo se laman las mamas para sacar leche ya que ese comportamiento estimula que se vuelvan a llenar. También hay que sacarlas mucho rato de paseo y es conveniente retirar los muñecos adoptados. Un puñado de perejil administrado en las comidas inhibe los efectos de la progesterona.