Comprar
la correa de una mascota es uno de los momentos más esperados cuando
tienes un nuevo integrante en casa.
Para conseguirla te diriges a la tienda de mascotas y una vez allí
seguramente te quedas alucinado por la gran variedad de modelos que
tienes a tu alcance (nylon, cuero, extensibles, de adiestramiento…).
Después de comprar tu correa con ilusión se la presentas a tu
mascota pero los animales no suelen recibirla con mucho entusiasmo y
por eso es muy importante que el producto que escojas sea el más
adecuado y que responda a las necesidades de tu mejor amigo.
Normalmente
no reparamos en la nueva situación que le sobreviene a nuestro
perrete y, una vez en casa, le colocamos la correa con entusiasmo,
abrimos la puerta y… ¡a pasear! Ya en la calle, tras un ratito de
paseo, vemos que no funciona exactamente bien. Nuestro perro se para,
no hace caso (aunque te lo haga en casa) y nuestro paseo placentero
pasa a ser un agobio. ¿Qué ha fallado? Las expectativas humanas y
caninas son distintas y esto ha generado gran frustración en ambos
y, en casos más serios, incluso nuestra relación.
Hemos
de saber que es posible que nuestro perro aprenda a entender que la
correa es un elemento que necesita para salir a pasear y que si la
respeta ¡tendrá su recompensa!
Pero
antes de todo esto quiero señalaros que es muy importante escoger el
COLLAR adecuado para tu perro, no el más bonito, el adecuado: un
buen collar de cuello ajustado
(con holgura de un dedo) marca toda la diferencia y, si notas que tu
perro se irrita al principio, colocale el collar un poco más suelto
hasta que se vaya acostumbrando.
Una
vez tengamos todo esto es hora de que coloques su CORREA: Un buen
ejercicio es que comiences a usarla a ratitos dentro de casa bajo tu
supervisión y dejar que tu mascota la vaya arrastrando sin que nadie
la manipule o tire de ella. El siguiente paso es introducir la correa
durante un breve paseo y evitar ir tirando de la correa (procurando
ser suave) y recompensando su gran comportamiento. Así durante
varias veces, tal vez una semana.
Ármate
de mucha paciencia y no olvides que la correa es mucho más que unsimple dispositivo de contención sino que debe ser una herramienta
de comunicación entre tú y tu perro.
En el caso de que no funcione y no obtengas resultados positivos, no
continúes: Lo mejor será recurrir a la ayuda de un PROFESIONAL
antes de empeorar vuestra relación y desarrollar otros traumas que
trataremos en futuros posts.
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