Es realmente
importante encontrar el perro correcto para nosotros así como que
nosotros seamos el dueño correcto para él. Su carácter debe casar
con la personalidad y estilo de vida de las personas con las que vaya
a convivir. Por eso hemos de ser honestos con el compromiso y las
habilidades que tenemos con los perretes, forma de vida, miembros de
la familia, experiencia, otros animales en casa, si vamos a prestarle
tiempo suficiente, si lo vamos a educar…
Por ello es
importante que nos hayamos planteado todas estas cuestiones antes
porque una decisión errónea pude dar lugar a que surjan
PROBLEMAS,
una situación traumática para nosotros y, también, para el animal.
Es posible que nosotros tengamos una idea sobre el perro que buscamos
pero os invito a que conozcáis y os documentéis de las
características de la raza y, a poder ser, de ese ejemplar.
Todos queremos un
cachorrete porque los cachorros son adorables pero requieren mucho
tiempo y esfuerzo. Si hay niños en casa también debemos pensar que
a veces el juego les puede causar un daño involuntario con las patas
o los dientes, o bien, los niños pueden ser algo bruscos en su trato
hacia algo tan frágil. Un perro adulto tal vez sea una opción
más fácil y se adaptará más rápido o incluso un perro sénior,
más tranquilos y fáciles de controlar, seria una buena elección
para personas mayores.
En un animal de
pura raza podremos saber a priori, con bastante precisión, sus
características morfológicas, su carácter y sus aptitudes
generales. Sin embargo estos perretes también son más propensos a
sufrir defectos congénitos que los mestizos. Desde mi punto de
vista, si no vamos a desarrollar ningún trabajo específico, un
perrete mestizo nos proporcionará igualmente su compañía y amor
incondicional. Punto y aparte,
lo que quiero decir es que tenemos
que fijarnos en su personalidad y temperamento más que en su aspecto
físico para que pueda adaptarse a nuestra forma de vida.